“No
basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se
debe también hacer. “ (Goethe).
El otro día hablando de mi blog de futsal con un colega
entrenador, me comentaba que no le gustaba demasiado compartir sus
ejercicios y sesiones de entreno con los demás porque tenía la
sensación que de ésta forma ayudaba a posibles entrenadores rivales
a mejorar su nivel y el nivel de sus equipos.
Creo que este pensamiento, tarde o temprano, lo hemos
tenido todos debido a la concepción arraigada que la cantidad va
relacionada con la calidad, y creedme, no siempre es así.
Muy a menudo nos aferramos a la idea que la información
es poder, y creemos con certeza que el hecho de tener infinidad de
ejercicios de entrenamiento y sesiones grabadas de otros nos da una
gran tranquilidad porque nos aportan conocimiento y consecuentemente
nos hacen mejores entrenadores.
Tengo la convicción que evidentemente tener mucha
información nos ayuda, y mucho, por supuesto, pero estoy convencido
que no nos garantiza ser mejores entrenadores.
Haciendo un paralelismo podemos decir que el cocinero
que tiene a su disposición las mejores recetas no le garantizan para
nada hacer un plato exquisito y proclamarse uno de los mejores chefs
del mundo. Del mismo modo que el buen pintor no lo hacen sus
herramientas de trabajo, sino su talento, su visión y su
creatividad. La clave está en como tratas tus alimentos, como
combinas los colores, qué sensaciones te dan los contrastes o como
vas cambiando las técnicas para darles mejor resultado.
¿De qué nos sirve tener multitud de tareas de
entrenamiento si no somos capaces de corregir y dar los feedbacks
necesarios cuando se están ejecutando estas tareas?
¿De qué nos sirve tanta información si nos falta la
capacidad de visualizar las necesidades y carencias de nuestro grupo?
¿De qué nos sirve programar 5 ejercicios diferentes
por sesión para trabajar el ataque si estamos encajando una media de
6 goles por partido?
¿De qué nos sirve tener tantos ejercicios si no
relacionamos claramente los objetivos de la sesión con los
ejercicios programados?
Con estas reflexiones solo quiero destacar que según mi
punto de vista la calidad de un entrenador no viene determinada por
la cantidad de información que posee, incluso me atrevería a decir
que ni sus conocimientos lo determinan. Mi percepción del entrenador
irá relacionada con las habilidades de visualizar, analizar,
dirigir, empatizar y lo que para mi es la habilidad más importante
de toda persona que dirige un grupo humano: TOMAR DECISIONES, en los
entrenamientos y en los partidos.
Por los motivos expuestos os animo a que salgáis de
vuestra zona de confort, a no tener miedo, a que compartáis
información, que discutáis con vuestros amigos entrenadores sobre
como mejorar un ejercicio o sesión, a pedir consejo, a no tener
miedo a demostrar vuestra ignorancia en algunos temas, porque en
definitiva, cada error, cada duda, cada curiosidad es el primer paso
hacia la maduración en la dirección de equipos.
Para terminar, me gustaría dejar claro que este
articulo es solo una opinión personal de entre tantas que podéis
tener todos vosotros.
Os dejo una cita que creo que define bastante estas
ideas:
“No
es sabio el que sabe donde está el tesoro, sino el que trabaja y lo
saca.” (Quevedo)
Gerard
Artigas Torrent
@Gerard_Artigas