La pissarra

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dijous, 25 d’abril del 2013

Educad a los niños para no castigar a los hombres


 
Pitágoras fundamentaba muchos de sus pensamientos en la potencialidad que tiene la educación de los más jóvenes, entendiendo que todo el tiempo ganado en este período serían pasos que irían hacia la excelencia. Una muestra clara es el título de este artículo, una cita celebre de este matemático y filósofo griego.
Si para la vida y la sociedad la educación de los primeros años de vida es clave, en el mundo del deporte es fundamental.
Para entender el porqué de la importancia de la formación de los más jóvenes tenemos que hablar de la teoría del aprendizaje motor, i más concretamente de las fases sensibles, aquellos períodos de tiempo donde los seres humanos reaccionamos más intensamente que en otros períodos, frente a determinaos estímulos externos, provocando nuevas potencialidades y nuevos efectos. Etapas donde según que aprendizaje será mucho más rápido que en otras etapas.

Frente a esta evidencia, todos estamos de acuerdo con afirmar que la educación y formación deportiva en categorías de base (De 5 a 17-18 años) es clave. Aunque esta lógica es aplastante, nos encontramos constantemente con incongruencias que traicionan este principio formativo:

-Entrenadores de categorías benjamín, alevín o infantil acostumbran a ser los peores pagados del club o simplemente no cobran nada.
-Se da menos horas de entrenamiento a los equipos formativos.
-Entrenadores con más currículum siempre entrenan a juveniles y seniors.
-Para entrenar a niños y niñas no siempre se exigen titulaciones competentes en materia de deportes y educación (Licenciados en C.A.F.E., maestros de EF, pedagogos, técnicos deportivos, Monitores de Fútbol Sala o título de Nivel 1, 2 o 3).
 
Siempre se da por hecho que en categorías base todo el mundo puede entrenar, sea quien sea. La frase “Solo son niños” es típica y a la vez muy clarificadora. No todo el mundo vale par entrenar a niños y niñas de 9 años por ejemplo. El entrenamiento formativo no se trata de proponer tres ejercicios que nos vengan primero en la cabeza y partidito e irse para casa.       
Un entrenador de la base debe tener competencias en saber diseñar y dirigir ejercicios adecuados a las características físicas, técnicas y tácticas de sus jugadores, tiene que saber corregir y dar feedbacks constantes durante la ejecución de las tareas de entrenamiento, saber estimular las ganas y la capacidad de aprendizaje para el deporte, en definitiva, el entrenador de categorías inferiores se convierte en un educador lúdico, un pedagogo especializado en un deporte.

Leyendo estas líneas, seguramente estaréis pensando que no todos tienen esta formación ni estas capacidades que he descrito, y no os quito la razón. Doy por hecho que no todos pueden poseer estas competencias el primer día, pero aquí recae la implicación, la motivación y las ganas de cada entrenador de evolucionar y mejorar. El aprendizaje no viene solo, hace falta implicarse, moverse, mirar, analizar, ponerlo todo siempre en duda, querer ser mejor, y si realmente el entrenador vive su labor, aunque empiece con muy pocos conocimientos, acabará mejorando y aprendiendo, porque el motor principal de la formación es el trabajo mediante la ilusión.

Cogiendo el hilo de la última idea, cuando digo que no todo el mundo vale para entrenar la base, no siempre hablo de personas con poca formación, porque hay gente poco formada académicamente que son muy muy buenos formadores. Me refiero también a entrenadores con el mejor currículum posible, entrenadores que por sus aptitudes son los mejores en categorías seniors, de rendimiento y élite pero que como formadores tienen muchas carencias metodológicas, didácticas y emocionales.

Como entrenadores de juveniles y seniors, muy a menudo nos quejamos que hay jugadores que tienen muchas carencias técnico-tácticas, vemos que tienen dificultades en muchas facetas del juego y entonces es cuando nos acordamos y pensamos qué han estado haciendo durante toda su biografía deportiva. Hay muchos aprendizajes a conseguir a partir de los 17 años, cierto, pero no nos engañemos, hay infinidad de aprendizajes técnicos y tácticos, muchos automatismos, que si no se han adquirido con 16 años, sabemos que difícilmente se podrán lograr.

En definitiva, el jugador adulto, el jugador formado y entrado en la fase de rendimiento, es el resultado de la suma y acumulación de experiencias y aprendizajes hechos durante 10-15 años. Debido a  este motivo, entre todos no nos podemos permitir el lujo de tirar por la borda todo este tiempo valioso de formación y aprendizaje motor y perder la oportunidad de transmitir conocimientos tan básicos para la formación y educación del joven deportista.
Sé que no es tarea fácil para los coordinadores y directivos de los clubs encontrar entrenadores competentes para las categorías formativas. Aspectos como la incompatibilidad de horarios de entreno y laborales, los pocos incentivos económicos para los entrenadores formados, o las pocas horas de disponibilidad de pabellón hacen dificultar mucho esta labor. Pero desde estas líneas os animo a no dejar de buscar a entrenadores que creáis más convenientes y competentes para cada edad y categoría y no poner al cargo la primera opción que se os presente.


Para finalizar el artículo de opinión, me gustaría dar algunas consideraciones que nos pueden ir bien para dirigir a equipos de base:

1)La pelota tiene que ser el centre de interés del entrenamiento.

El balón debe tener una presencia del 90-100% del entrenamiento. TODO, absolutamente TODO se puede trabajar con balón.

 2)Es preferible utilizar juegos y tareas jugadas en los calentamientos.
¿Realmente es necesario hacer calentamientos analíticos, puramente físicos en edades de entre 5 y 14 años? A través del juego, los jugadores no solo calentarán físicamente, además se divertirán, se motivarán y al mismo tiempo, sin darse cuenta, estarán trabajando elementos técnicos, la toma de decisiones o conceptos tácticos como por ejemplo el marcaje y desmarque.

3)Potenciar el trabajo técnico en primeras edades.
Debido a la presencia de las fases sensibles, se tiene que potenciar primero las capacidades coordinativas mediante el trabajo técnico. A medida que el jugador va adquiriendo y automatizando estos gestos, se tiene que ir incorporando conceptos tácticos. Esto no quiere decir que tenemos que renunciar a la táctica, ni mucho menos, solo hago referencia a potenciar mucho más la técnica que la táctica durante la iniciación deportiva.

 4)Predominancia del trabajo global
Aunque en un primer grado de aprendizaje técnico, el método analítico sea bueno, tenemos que procurar no abusar de él y utilizar el método global e integrado. Para que los jugadores adquieran aprendizajes significativos es necesario que entiendan los elementos técnicos y tácticos dentro de un contexto global, dentro de distintas situaciones de juego.

 5)La diversión es el motor principal del aprendizaje
Procurar que los entrenamientos sean divertidos y poco repetitivos. tenemos que comprender que si los adultos nos cuesta mucho aprender conceptos que no nos motivan y nos aburren, a los más peques estas sensaciones se multiplican. Si programamos entrenamientos monótonos y poco lúdicos pueden provocar a la larga, el abandono de la práctica deportiva.

 
“La madurez de los adultos es proporcional al tiempo dedicado al juego en la niñez, y a las preguntas que en ese entonces nos fueron buenamente respondidas.”

 
 @Gerard_Artigas
 
 

dissabte, 13 d’abril del 2013

Debate





Qué tipo de pizarra prefieres, las pizarras magnéticas con imanes o las pizarras con rotulador? Por qué motivo?


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